martes, diciembre 11


Tu voz, revolviéndoles el estómago, persiguiéndoles el insomnio, amarrándolos a este presente aunque sea por un minuto. Un minuto, tu voz, dándoles vueltas en la cabeza por un minuto, tu voz, mordiéndoles la conciencia por un minuto, derrumbándoles los planes, echándolos al abismo, tu voz, por un minuto y toda nuestra vida.
Gracias por tu voz, desde aquí se oye alguna que otra vez, cuando el viento tira para este lado aunque sea tu voz, para dejarnos tranquilos, sabiendo que todavía hay en este mundo una voz como la tuya. Viajando por estas tierras, grabando el cielo, impregnando en el aire sabor a libertad. Otra vez, Gracias por tu voz.
Tus manos, haciendo, haciendo tanto, tus manos inventando, trabajando, curando, dando, acariciando. Tus manos, ásperas y duras, flacas y cansadas, pero no débiles, y de pie, tus manos de pie, vos de pie, y nosotros de rodillas hasta que llegues, pero no de rodillas rezando, ni abatidos, ni tristes, de rodillas a medio parar, de rodillas anciosas, de rodillas con esperanza. Nosotros de rodillas, Tus manos, cazando mariposas de papel en algún bosque. Tus manos dándoles cariño, ahuyentándolos, dándoles confianza, enseñándoles...Tus manos buscando el tiempo en la tierra, tiempo jamás perdido, nunca, tus manos guardando el tiempo, tus manos dibujando el futuro. Tus manos, nuestras manos, todas las manos...de pie.
Gracias por tus manos, por mostrárselas al mundo, por acariciarnos con ellas desde las distancias, en las selvas, las montañas, los ríos... Gracias por tus manos, donde estén.
Tus ojos, dejándolos atónitos, asustados, inmóviles. Tus ojos serenos y combativos. Tus ojos eternos, perdidos y presentes, más presentes que tu figura entera. Eres tus ojos y algo más. Tus ojos, más que dos ojos, puñales, confianza, esperanza, ganas, amor infinito. Tus ojos, nos miran desde allí y nos sacuden el alma, nos cuidan la cabeza. Tus ojos seguros, oscuros, tus ojos de niño, tus ojos de padre, de miel. Tus ojos, más libres que nunca, más felices que siempre, más inquietos que la lluvia.
Gracias por tus ojos, en el cielo, en la tierra, en nuestras paredes de barro, en nuestra piel, tus ojos, siempre, en nuestra memoria.
Tu sonrisa, sin palabras a tu mágica sonrisa. Gracias por tu sonrisa, entregándonos por un rato nuestras sonrisas. Gracias.
Tu corazón, que ellos no ven, porque están ciegos, porque no tienen uno. Tu corazón, que entregas a cada minuto, derrochando tu sangre por nuestra sangre. Tu corazón, envuelto en hojas de árbol, tu corazón del tamaño de esta tierra, de la fuerza de todos estos brazos juntos. Tu corazón, entera bondad, desparramándose a cada paso por este planeta, dejando huellas en nuestros corazones. Tu corazón de hombre, de madre, tu corazón de humano. Tu corazón, por el resto de la eternidad, por el resto de la linea del tiempo, tu corazón entre nuestros dedos, porque vos nos lo diste, para que lo tengamos agarrado bien fuerte sin que se nos escape.
Gracias por tu corazón, por tu tesoro más preciado, por tu vida entera dedicada a tu corazón. Gracias.






Creo que esto, en realidad,no lo escribí yo.