jueves, diciembre 18

Te pido por favor que te corrás.
No quiero ser ordinaria, pero ya no hay más espacio en mi encéfalo.
Todos los asientos del bulbo, el puente y el tálamo también, están ocupados. Lo lamento.
Están muy acomodaditas las moscas de hoy a la tarde, aunque se están poniendo inquietas, y entre la falta de espacio y el revoloteo de las alas me están apretando las paredes craneales a tal punto que en cualquier momento se me revientan las suturas y quedo bañada en liquido cefalorraquídeo, hasta los pies. Y eso no te va a gustar, porque voy a quedar como una lechuga recién lavada.
En la médula tampoco, ya te dije. No hay más lugar. Se me hinchan los nervios espinales cada vez que leo el diario y se me meten por entre las costillas y me hacen cosquillas, a veces hasta causar la relajación de mi esfínter uretral externo.
Si querés te puedo ofrecer un riñón, siempre y cuando te portés bien. Muy bien.
Ahora sí, las glándulas suprarrenales me las dejás en su lugar, no vaya a ser cosa que me baje la presión y después no me funcione el sistema Renina – Angiotensina – Aldosterona y me dé un shok, porque si paso el segundo grado, otra vez me vuelvo lechuga.
Los pulmones no. Seis años de tabaquismo son seis años de tabaquismo. Además tendrías que repartirte entre mis alvéolos y corro el peligro de que se me colapsen si en algún momento te agarran ganas de emborracharte y te tomás el factor surfactante del pico. Los pulmones no, está decidido.
Del corazón te puedo ofrecer el ventrículo izquierdo, pero ese justo es el que realiza la eyección ventricular a la aorta para que me llegue sangre fresquita a todo el cuerpo y si vos me ocupas el espacio, se me achica la cámara y me queda menos volumen de fin de diástole, disminuye el retorno venoso, el gasto cardíaco y otra vez corro peligro de shock.
Podrías meterte en la vesícula biliar si no fuera porque tendría que reducir significativamente el número de grasas de mi dieta y eso no me agrada.
La vejiga no. Voy a tener ganas de hacer pis todo el tiempo y después alguna enfermera loca le va a recomendar a un médico la opción de la sonda de Folley si me obstruís el esfínter cuando te acomodes para dormir, idea que no me causa gracia a pesar de la corta longitud de mi uretra y la facilidad que esto trae para la colocación.
El estómago y los intestinos no. Hay absorciones de todo tipo y al final, terminarías saliendo de mi cuerpo como menos te gustaría salir.
Te dejo la piel. El órgano más grande que tengo. Ahora sí, no te quejes si aumenta la actividad de mis glándulas sudoríparas. Eso es una cuestión involuntaria.





16/12/2008