miércoles, junio 4

Instrucciones para pensar en la linea 50: Retiro-Av.Gral. Paz y Eva Perón.

Primer punto: No intente mirar el paisaje por la ventanilla, solo descubrirá cuan patético es si lo piensa un poco y verá como se torna inhumano entre las 16:00 y las 23:00 horas. No es aconsejable intentar concentrarse en naturalezas infinitamente bonitas como el cielo, o los árboles; solo se toparan sus ojos con innumerables propagandas de cuanta cosa pueda imaginarse que existe: imágenes irreales que solo logran su distracción, letreros brillantes que no dejan escapar, números gigantes que anuncian el precio más pequeño del mercado (Oiga, yo tampoco se bien lo que es, pero créame que terminara creyéndolo invencible si se arriesga) y mas, más, y más, lo último que terminara por hacer es pensar o que le está apretujando las tripas y se dará por vencido antes de desenredar los axones que terminaron en semejante alboroto después de eso que usted sabe que ocurrió, cualquier cosa. Se dará cuenta, si lo intenta, que el suelo tampoco está de su lado, no por mala voluntad de él en si mismo, sino porque, es prácticamente imposible concentrarse en algo tan frío y seco como un asfalto o una baldoza que será la único que encuentre en su recorrido, sus ojos, sin quererlo se levantarán un metro, un metro y medio y se marcharan con el primer objeto que encuentren frente a ellos, y es lógico pobrecitos, este suelo es tan horrendo, ¿Que más pueden hacer?
Segundo Punto: Este debería ser el primero, pero imaginé que ni siquiera puede ocurrírsele a cualquiera que sea mi lector. Igualmente, lo mencionaré por una cuestión de prudencia extrema, y para algún que otro enamorado que pudiera no pensar en ello, aunque me he dado cuenta que estos seres extraños escasean en mi ciudad. No se le ocurra encontrar en los rostros de sus colegas pasajeros ningún tipo de punto de fijación, en algún momento, sin que usted lo desee lo atrapara su desdicha y su intolerancia, verá como se le sale por los poros el cansancio, por la rutina y el dinero, esas inmundicias que nos cubren el cielo vio, cosas como esas que le oscurecen la mirada hasta volverla espantosa, y eso, créame y compruébelo si no puede hacerlo, influirá directa y profundamente en su poder de concentración hasta volverlo primero, mínimo, y luego inexistente. Son excepciones a este punto personas que pudieran llegar a generar una sonrisa al encontrarse con sus ojos (niños, ancianos pasados de los ochenta años, en su mayoría, y con suerte de encontrarlos, hadas y duendes disfrazados de seres humanos, solo deberá reconocerlos entre la multitud, cosa que no es fácil, por cierto)
Tercer (y último) punto: El mejor método (y aún así no efectivo completamente) para desempeñar un lindo pensamiento; y cuando digo lindo digo ese que nos lleva a otro hemisferio, que se convierte en la única cosa importante por el momento, y que al fin y al cabo, nunca llega a nada más que al pensamiento en sí, que espera y mientras tanto permite a la imaginación recorrer las venas y las arterias a gran velocidad, digo lindo, digo hermoso, digo maravilloso; en fin, cerrar los ojos y taparse las orejas tan fuerte como se puede ha de ser la única forma que este ser ha encontrado para pensar en un colectivo, o por lo menos en el mencionado más arriba, correrse un poco de la línea urbana y transportarse uno a la situación. Debe tenerse en cuenta que cuando no se ha tenido la suerte de encontrar vacío un asiento las personas lo observaran a uno con una mezcla de sensaciones tales como lástima, y miedo, no vaya a ser que tienen un loco tan cerca (cabe aclarar también que estas personas no suelen encontrar la definición correcta de locura ni saben verla tan bonita como uno puede hacerlo, si se quiere puede tenérseles miedo a ellas, pero lo suficiente, recuérdese que siempre debe guardarse un poco para las otras, las que no viajan en colectivo). Cuando abra los ojos, verá como se han centrado en usted miles de ideas absurdas, que no harán más que distraerlo nuevamente, por lo tanto, es recomendable no estirar los parpados hasta tanto se haya obtenido un fruto del pensar, o se haya llegado al punto establecido para terminar, tampoco es cuestión de pasarse la vida pensando, cuando baje del colectivo sabrá que es la hora, de levantar el telón y ponerse a actuar, y ojo, que no se puede gastar mucho tiempo, desde Retiro hasta Eva Perón y Gral. Paz, hay medianamente una hora cuarenta, o más, si estoy contando bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno eh...le hice un paralelismo con "pedaleando por avenida italia y bulevar artigas" que vivo diariamente...por suerte no llegamos a esos extremos sino directamente no aguantaria...pero tenes talento...dale pa delante...un beso desde el paisito...joaquin...que andes bien